ESEColectivo es un estudio de arquitectura conformado por Belén Argudo, José de la Torre, Santiago Granda y Pablo Silva con base en Quito, Ecuador. Sus intereses están centrados en la experimentación con materiales de construcción alternativos, con énfasis en las tecnologías y lógica. En su proceso de diseño, buscan conciliar estrategias sostenibles de bajo impacto con las necesidades y limitaciones específicas de cada proyecto, de manera que sus resultados sean heterogéneos y difieran en el tipo de enfoque metodológico y técnico.
La experiencia de este equipo no sólo se ha construido de sus obras como Casa Endémica y Casa en un Corredor, sino que a través de prácticas colaborativas con estudios de arquitectura, gestores culturales y proyectos afines a nivel local e internacional, llevando a desarrollar iniciativas más cercanas a la documentación, investigación y difusión arquitectónica. En consecuencia, crearon "La Parleta" - el primer podcast de arquitectura en Ecuador.
Seleccionado por ArchDaily como una de las Nuevas Prácticas del 2021, realizamos la siguiente entrevista para que nos cuenten más en detalle sobre todas sus inspiraciones, motivaciones, procesos de trabajo y próximos proyectos.
Fabian Dejtiar (FD): Entiendo que sus proyectos buscan ser sumamente eficientes y se limitan a lo estrictamente necesario. Esto lo vemos en sus obras desde la Casa Endémica y Casa en un Corredor hasta proyectos de pequeña escala, como Ensayo de Invernadero Urbano o las intervenciones en la Casa de Catapulta. ¿Qué los inspiró a seguir este camino de hacer arquitectura?
EseColectivo (EC): Creemos que este camino se construye a partir de dos motivaciones. Por un lado, del reconocimiento de una realidad local, que carga con limitaciones y ventajas concretas y la necesidad urgente de una arquitectura que le corresponda. La búsqueda de eficiencia y el manejo cuidadoso de recursos es la forma que encontramos de hacer coherente nuestro oficio en Ecuador. Trabajamos en un país, como la mayoría en Latinoamérica, con mucha pobreza, informalidad y un manejo en general desprolijo de la arquitectura y las ciudades. Por eso, lo mínimo que nos planteamos en nuestro ejercicio es no despilfarrar.
La otra motivación viene de la generación de arquitectos locales que nos antecede (Todavía trabajamos alrededor de Al Borde Arquitectos o José María Saez) y que en su momento fueron clave en nuestra formación. Las nociones de orgullo de lo local, cierto tipo de austeridad y la necesidad de estructurar un pensamiento y una apuesta con nuestro trabajo, no hubiese tenido la potencia en nosotros si no hubiésemos conocido su trabajo y las respectivas peripecias que les tocó enfrentar.
FD: En este sentido, ¿Cómo es su proceso de trabajo? ¿Cómo se trabaja con la eficiencia y con lo necesario?
EC: En nuestro proceso de diseño buscamos conciliar estrategias sostenibles de bajo impacto con las necesidades y limitaciones puntuales de cada proyecto. Nos interesa experimentar partiendo de escenarios específicos, porque ahí encontramos oportunidades para explotar que, en última instancia, conducen el proceso hasta la materialización de la obra. Esto explica porque tenemos proyectos muy diferentes tanto en la aproximación metodológica como en la técnica. Mientras que en la Casa Patch utilizamos una estructura de muros de tierra porque era necesario hacer un desbanque considerable para dejar la vivienda a un solo nivel (requerimiento explícito de la cliente, una mujer de tercera edad); en la Casa Retoños modulamos y combinamos una estructura de madera con materiales industriales crudos, con el fin de acortar al máximo los tiempos de construcción.
En cualquier caso, no consideramos que la nuestra es una metodología estática. Al contrario, se reconstruye constantemente a partir de los aprendizajes de cada proyecto. Estas experiencias forman la costura que une nuestro trabajo y permite ver cierta correspondencia entre las búsquedas de los primeros proyectos y los que trabajamos ahora. Quizás esto se evidencia en nuestro trabajo con la madera: comenzamos con pórticos simples, luego trabajamos con armazones portantes y ahora nos concentramos en trasladar los aprendizajes con el material a una estructura en altura.
FD: La Parleta es un podcast que ustedes desarrollaron para reunir "reflexiones, anécdotas y experiencias de muchísimo valor alrededor del oficio". ¿Pueden contarnos por qué nace este proyecto? ¿Qué han aprendido de él?
EC: Cuando comenzamos con La Parleta queríamos compartir el conocimiento que se refunde injustamente en el anonimato. Viendo en retrospectiva, entendimos que éramos un colectivo afortunado, porque trabajamos de cerca con arquitecto/as increíbles y tuvimos la oportunidad de comenzar rápidamente con nuestra propia práctica. Este camino nos dejó aprendizajes y experiencias valiosas difíciles de encontrar en medios más convencionales porque se pasaban de boca en boca y eventualmente se perdían. Con La Parleta queríamos rescatarlos y difundirlos de la misma forma en la que llegaron a nosotros. Por eso siempre tuvimos claro que queríamos alejarnos de esquemas académicos o muy formales, La Parleta tenía que ser una conversación sin pretensiones, relajada, sin miedo a las dudas o a las contradicciones o a las preguntas sin respuesta.
Desde el principio, hacer La Parleta nos ha empujado a estructurar criterios con otras herramientas. Ahora contamos historias y ese proceso implica otro tipo de exploración con las personas y con nosotros mismos. El humor, la diversión, la soltura es algo que tiene más importancia en este proyecto. También aprendimos que tenemos que ser cuidadosos con las palabras que compartimos, que somos responsables para bien y para mal. En suma, el mantra de La Parleta hace eco en las palabras del Gran Profesor Francisco Ursúa: El juego es una cosa muy seria.
FD: Recientemente, han sido seleccionado por ArchDaily entre las Nuevas Prácticas del 2021. ¿Qué tipo de valor le ven a esta gran difusión? ¿Qué proyección a futuro tienes?
EC: Somos conscientes de que ArchDaily es probablemente el sitio de difusión de arquitectura más reconocido del mundo. En ese contexto, la iniciativa de incluir a prácticas nuevas alrededor del mundo funciona como una oportunidad de reconocimiento del trabajo pero sobre todo permite ampliar la visión de las posibilidades del oficio. Los proyectos de las prácticas nuevas son muchas veces refrescantes y propositivos y por eso creemos que es importante darles espacio en el gran repositorio de referentes disponibles en línea.
Por nuestra parte, nos sentimos muy felices de que esta difusión permita que otras personas aprecien nuestro trabajo y nuestras búsquedas como colectivo. Esta es una oportunidad para conectar con más personas y grupos con quienes trabajar y compartir reflexiones y críticas que nos ayuden a afinar nuestra práctica.
FD: Por último, ¿Con qué nuevos proyectos se encuentran trabajando actualmente? ¿Qué te gustaría desarrollar aún más?
EC: Ahora estamos concentrados en CentroCesal, un proyecto de una escala un mayor a la que hemos manejado en el pasado. Es un proyecto que incluye al primer edificio en altura resuelto en madera en el Ecuador. También estamos trabajando con encargos de menor escala que están en diferentes etapas del proceso de diseño. A la par estamos concentrados en hacer investigación y en proyectos cercanos a la periferia de la práctica, como La Parleta o fotografía de arquitectura. En el futuro, nos interesa involucrarnos con proyectos de otras escalas y programas, y expandir nuestro radio de acción hacia proyectos con modelos de gestión alternativa.
